La historia viviente
Estallido social

El Caracazo, una masacre a cielo abierto que despejó el camino para la llegada de Hugo Chávez

Las causas del Caracazo se remontan a la profunda crisis económica que Venezuela enfrentaba en la década de 1980.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 27 de febrero de 1989, Caracas y otras ciudades de Venezuela fueron testigos de una de las revueltas populares más significativas de la historia contemporánea de dicho país, conocida como el "Caracazo". Este estallido social fue una respuesta directa a las medidas neoliberales impuestas por el gobierno del entonces presidente Carlos Andrés Pérez. Las jornadas de protestas se extendieron hasta el 8 de marzo del mismo año y dejaron un saldo de 276 muertos reconocidos por el gobierno, aunque se habló de más de 3.000.

Las causas del Caracazo se remontan a la profunda crisis económica que Venezuela enfrentaba en la década de 1980. La caída de los precios del petróleo -su principal fuente de ingresos- había llevado a un endeudamiento masivo y a una inflación descontrolada. En ese contexto llegó Carlos Andrés Pérez al gobierno, en 1988.

En un intento por estabilizar la economía, al año siguiente implementó un paquete de medidas recomendadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que implicaba una desregulación total de la economía, la liberación de las tasas de interés y del tipo de cambio y tarifazos de servicios públicos. Estas medidas generaron un profundo malestar entre los sectores más vulnerables de la población, pero el aumento en los precios del transporte y de los productos básicos fuero la gota que colmó el vaso.

El Caracazo comenzó en Guarenas, a 25 kilómetros de Caracas, cuando los usuarios del transporte público se enteraron del aumento desmesurado del boleto. Las protestas se extendieron rápidamente a Caracas y otras ciudades del país, convirtiéndose en disturbios y saqueos masivos. La respuesta del gobierno fue brutal: se declaró el estado de emergencia y se desplegaron las fuerzas de seguridad para reprimir las protestas.

La represión fue violenta e indiscriminada. El Poder Ejecutivo suspendió las garantías constitucionales y decretó un toque de queda entre las 18.00 y las 6.00 horas, al tiempo qus dio luz verde a las fuerzas de seguridad para utilizar armas de fuego contra los manifestantes. El resultado fue una masacre a cielo abierto. La brutalidad de la represión dejó una profunda cicatriz en la sociedad venezolana y marcó un antes y un después en la historia del país.

El desenlace del Caracazo fue un punto de inflexión en la historia de Venezuela. La crisis no se superó de inmediato. En 1992 hubo dos intentos de golpe de estado que el gobierno logró dominar, pero de todas formas ya estaba herido de muerte. En marzo de 1993 Carlos Andrés Pérez fue acusado por corrupción y separado del cargo. Meses antes el periodista José Vicente Rangel había dado a conocer una investigación que puso en evidencia que el presidente había usado dinero público para apoyar al gobierno de Violeta Chamorro en Nicaragua, incluyendo el envío de policías para custodiarla.

El fiscal general de la República, Ramón Escobar Salom, formalizó la imputación a Pérez por malversación de caudales públicos y la Corte Suprema habilitó el trámite de un expediente contra el primer mandatario. Con estos elementos a su favor, el Congreso lo destituyó. En 1994 el expresidente fue detenido y condenado a dos años y cuatro meses de cárcel.

En los años siguientes, el Caracazo se convirtió en un símbolo de resistencia a la opresión. La memoria de los caídos y la lucha del pueblo venezolano fueron reivindicadas por el líder emergente de la crisis, Hugo Chávez, que prometió una revolución bolivariana para transformar el país. Pero esa es otra historia.

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