Uno de los puntos destacados por la asociación es el deterioro salarial que ha llevado a una disminución significativa en el número de profesores activos, con una reducción de más del 25 por ciento. Además, se estima que casi la mitad de los profesores son jubilados, lo que evidencia la falta de estímulos para la permanencia en la actividad docente.

La congelación de los salarios también afecta la seguridad social de los profesores, ya que los aportes para programas y servicios se han visto reducidos en un 76,54 por ciento en los últimos dos años. Esto, sumado al aumento de precios de los productos básicos, ha generado una brecha insostenible entre los ingresos de los trabajadores y el costo de vida en el país.

El salario mínimo en Venezuela sigue siendo uno de los más bajos de la región, ubicándose en apenas 130 bolívares al mes, lo que equivale a unos 3,5 dólares. Esta cifra representa una disminución del 88% en comparación con su valor en dólares cuando fue aumentado por última vez en marzo de 2022.

La Confederación de Trabajadores de Venezuela (CTV) ha exigido un aumento del salario mínimo a 200 dólares por mes como medida para recuperar el valor del trabajo. Además, han rechazado la estrategia de otorgar bonos, argumentando que esto contribuye a la devaluación del trabajo productivo y elimina los beneficios laborales de los trabajadores.

La crisis económica también se refleja en el costo de vida, con el Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM) informando que se necesitan al menos 166 salarios mínimos al mes para cubrir la canasta básica de alimentos para una familia promedio. Esto representa un aumento significativo en comparación con meses anteriores, lo que evidencia la escalada de la crisis económica en el país.

A pesar de las promesas del régimen de Maduro de controlar la inflación, los datos muestran un aumento constante en los precios de los productos básicos, lo que agrava aún más la situación de los trabajadores venezolanos. Mientras tanto, los profesores universitarios y otros sectores siguen exigiendo medidas urgentes para mejorar sus condiciones salariales y garantizar un nivel de vida digno en el país.